Tesla, mucho más que coches eléctricos


Es fascinante como la tecnología está llegando a todas las industria sin excepción y como estos avances están revolucionando algunos sectores que parecían estancados o dormidos. Lo estamos viendo en gafas, relojes, pulseras, pero también en coches. Y aquí ya son palabras mayores. Soy de los que piensa que tarde o temprano los vehículos eléctricos terminarán imponiéndose. La tecnología ya existe y el actual modelo basado en combustibles fósiles es insostenible, ya no a largo plazo, sino que a corto también.

En toda esta revolución hay una empresa que me llama mucho la atención. Aquí en España apenas se conoce todavía, es Tesla y tiene su sede en Palo Alto, California, el lugar donde cualquier emprendedor sueña con establecerse y donde se concentra el clúster de empresas de Internet y nuevas tecnologías con mayor potencial de crecimiento.

El modelo más barato de Tesla, el Model S, ronda los 60.000 euros, digamos que no está al alcance de cualquiera. Pero ese precio no se basa en la cantidad de caballos que entrega su motor, sino más bien por la duración de su batería. Normalmente, a mayor autonomía, más precio.

A pesar de su elevada tarifa y de la poca demanda que parecen tener los coches eléctricos de otros fabricantes, en Tesla, en cambio, sus coches tienen lista de espera. Lo que más sorprende de ellos es el silencio que se escucha al conducirlos, absolutamente nada. También son muy espaciosos pues al no necesitar transmisión las tres plazas traseras son más anchas y cómodas de lo habitual. En las plazas delanteras los asientos son deportivos y la decoración parece más la de un avión que un coche.

Otro punto de diferenciación importante es que las cinco plazas se pueden convertir en siete colocando dos asientos homologados en el maletero, eso sí, mirando hacia atrás y para personas que midan menos de un metro, esto son, básicamente niños. El espacio se reinventa.

La conducción se asemeja a la de un coche automático, pero la aceleración es otro mundo, el empuje es muy superior. Toda la información del salpicadero es digital, de hecho no hay botones, y dispone de una pantalla central táctil de nada menos que 17 pulgadas. Con ella puedes desde abrir el maletero, regular la temperatura, hasta la distribución del sonido por los diferentes altavoces.

Y ahora llega lo bueno, el coche contará con conexión a Internet. Sí, como la que tienes en casa, de la buena. Los mapas del GPS los pone Google y funcionan incluso sin conexión, por la pantalla se puede navegar por cualquier sitio web, escuchar música, ver películas o instalar aplicaciones pensadas para este coche. El potencial en el desarrollo de aplicaciones para vehículos en movimiento es ahora mismo gigantesco. Aún no hemos visto nada de lo que está por llegar.

La batería se carga al 80% en media hora usando cargadores ultrarrápidos instalados en bastantes zonas de servicio por toda Europa. Con eso tienes para 400 kilómetros tranquilamente. Si cuentas con un enchufe tradicional una carga completa puede tardar algo más de 19 horas. El ahorro, si se compara con un depósito de gasolina es abrumador, solamente 15 euros, que eso sí, habrá que sumar a la factura de la luz. No obstante, actualmente muchos puntos públicos de carga son gratuitos.

No hay ninguna duda en que Tesla de la mano de su creador y visionario Elon Musk puede llegar muy lejos, tan lejos como se propongan. Lo están haciendo tan bien que incluso Apple se ha interesado en comprar la compañía de un solo bocado. Ambas comparten la misma filosofía disruptiva: innovación, diseño y minimalismo por delante de todo. La operación tendría sentido.

El caso es que a principios de esta semana (tres días atrás) las acciones de Tesla estaban en la zona de los 200 dólares, una cifra alta en términos de capitalización bursátil (24.500 millones de dólares) para una empresa que todavía presenta pérdidas trimestre tras trimestre. Hoy sus acciones ya superan los 250 dólares y se encuentra en máximos desde su debut en el NASDAQ el 29 de junio de 2010 a 17 dólares.

La clave de esta escalada ha sido el informe publicado por Morgan Stanley, uno de los principales bancos de inversión americanos, que recomienda comprar Tesla mientras sus acciones estén por debajo de 320 dólares. Esa valoración muy superior a la cotización actual se debe a que Tesla se está transformando en mucho más que un negocio dedicado a la industria del automóvil.

La estrategia de Musk es entrar en el mercado de la fabricación de baterías con la mayor factoría del planeta. Este año ampliará capital por unos 5.000 millones para construir una gigafactoría capaz de producir 500.000 baterías al año. De lograrlo, previsiblemente en 2016, Tesla se convertiría en el mayor proveedor de baterías de litio no sólo para automóviles o dispositivos móviles, sino también para acumuladores domésticos y coches autónomos.

Las cifras confirman que si Tesla logra ese mercado, su valor puede ser descomunal. El mercado automovilístico global se cifra actualmente en 2.000 millones de dólares al año. El mercado de los acumuladores eléctricos domésticos se estima que alcanzará en breve los 1.500 millones de dólares anuales, mientras que el mercado de los coches autónomos podría contar con un volumen anual de nada menos que 5.400 millones de dólares, según estimaciones de Morgan Stanley.

Si Tesla se conformara con ser un fabricante de automóviles al uso podría pelear por un trozo del pastel de un nicho de mercado de 2.000 millones de dólares anuales, pero con este movimiento y de convertirse en actor principal de tres mercados distintos podrían acumular un volumen anual combinado de un mercado que moverá cerca de 9 mil millones de dólares. La cosa cambia bastante.

Pero el informe de Morgan Stanley va todavía más allá y calcula que Tesla podría estar comercializando vehículos completamente autónomos en su conducción entre 2018 y 2022, situando a la vez el punto de «adaptación masiva» de la tecnología por parte de todos los consumidores en 2034. Está claro que hasta entonces a Tesla le van a salir competidores, seguramente muy duros de pelar, pero a veces el primero que golpea el mercado, golpea dos veces y Tesla lo tiene todo.

Tesla ha demostrado que es capaz de crear un coche 100% eléctrico, con grandes dosis de tecnología e innovación, con baterías duraderas y cada vez a un menor coste. Y todavía más, de construir su propia gigafactoría de baterías, esperan reducir el coste de producción de baterías de litio en alrededor de un 40% por kWh con la ayuda y experiencia de Panasonic.

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