Razones para no comprarme un coche


Me compré mi primer coche de segunda mano, un Renault Clio, cuando estudiaba en la universidad. Odiaba tener que depender de los horarios del tren y su disponibilidad para llegar puntual a clase. Por aquel entonces Renfe no ofrecía muy buen servicio que digamos, a pesar de eso fui a la UAB del campus de Bellaterra durante casi dos años en tren. Excepto los días que había huelga o fallo mecánico que no me quedaba otra que tomar el bus el cual podía tardar más de dos horas dependiendo del tráfico.

Me gasté 8.000 euros por el coche, solamente tenía ahorrados 6.000, así que financié 2.000 a un año y busqué trabajo para poder pagar cada mes la letra del coche. Terminé trabajando durante más de dos años en Pc City (Dixons Retail) por las tardes hasta las 22h en atención al cliente. Aprendí muchísimo. Por las mañanas iba a clase, ahora ya sí en mi coche. Era un descanso y una comodidad conducir hasta la universidad sin tener que pasar por la estación de tren. El tráfico era denso a la salida de Barcelona pero logré manejar para llegar en menos de 45 minutos.

Sin embargo, hace algo más de dos años vendí mi Clio y me quedé de nuevo sin vehículo. Me gusta conducir. De hecho, me gusta mucho. He conducido un Ferrari por el Circuito de Cataluña, he hecho varias sesiones de conducción deportiva también en Montmeló y cuando voy a los karts con mis amigos ya saben que conmigo en pista lo tienen complicado para cruzar la línea de meta en primera posición.

A pesar de mi pasión por las cuatro ruedas hace un año me compré una moto, una scooter pequeña para moverme con agilidad por la ciudad. Concretamente adquirí una Yamaha D’elight de 115 cc por unos 2.000 euros. Tengo que decir que va como la seda, apenas consume y llego a todas partes. La verdad que ahora mismo no la cambiaría por un coche y a continuación te voy a dar algunas razones de peso por las que desde mi punto de vista comprarse un coche no es una buena idea.

Tráfico

En las grandes ciudades el tráfico es brutal en horas punta y personalmente estar atrapado en un atasco me genera un gran estrés. Por no hablar de los conductores que se ponen nerviosos y comienzan a tocar el claxon, los que dan volantazos para cambiar de carril y adelantar dos metros. Se ha demostrado que las personas que van al trabajo en bicicleta tienen nieves de estrés muy inferiores a los compañeros que lo hacen en coche y en menor medida en transporte público.

Seguridad

El estrés mata. Pero el peligro va mucho más lejos que nuestro estado mental, pues no hay semana que no salga por las noticias algún accidente grave de tráfico. Dos coches se han estrellado cuando el conductor de uno ellos superaba el límite de alcohol en sangre. ¿Te suena? Malas noticias las hay todos los días. No subirse a un coche reduce tus probabilidades de sufrir un accidente.

Depreciación

Comprarse un coche es la peor inversión que existe. En el momento que sale del concesionario ese coche ya vale varios miles de euros menos. No importa la marca, el modelo o si es una edición limitada. El valor de un coche se deprecia diariamente, sin excepción. Cada kilometro o rasguño cuenta.

Aparcamiento

No hay nada que me de más rabia que las zona azul y prefiero no hablar de la zona verde. Encontrar aparcamiento por la ciudad es más complicado que encontrar una aguja en un pajar. No hay forma. Al final no te queda otra que meterlo en un parking privado y cuando lo pasas a recoger si has estado varias horas quizás tengas que pedir un préstamo al banco para poder pagar el ticket y sacarlo de la cueva.

Combustible

Es curioso ver como el precio del barril de brent se ha desplomado en los mercados como más de un 60 por ciento. Sin embargo, vas a la gasolinera y como mucho el precio de la gasolina ha bajado un 20 por ciento. Aquí hay alguien que está ganando mucho dinero y no somos nosotros, los conductores, precisamente. Dar de comer a un coche es más caro que tener un bebé en casa. No es broma, haz números.

Seguros

Los seguros de auto son caros. En mis primeros años había llegado a pagar más de 800 euros al año por cobertura a terceros. Es decir, lo mínimo para poder circular. 800 euros. ¿Estamos locos? Por suerte hay más competencia y los precios se han moderado pero igualmente supone una gran parte de tu presupuesto. Tener una aseguradora es un negocio redondo. A modo de ejemplo, a mi hermano le robaron el GPS, lo pasó por el seguro y al año siguiente le subieron la cuota casi en la misma cantidad que le habían dado por el GPS. La aseguradora siempre gana.

Mantenimiento

Tener un coche es como una hucha sin fondo. Vas metiendo dinero pero desaparece por un agujero negro. Revisiones obligatorias, cambio de aceite, filtros, ruedas, frenos… Siempre hay algo que no funciona bien. Y en caso de avería, una reparación pueden dejarte desplumado. Dejar el coche en el taller requiere rezar al menos tres padres nuestros y un ave maría. Por cierto, ¿conocéis algún mecánico que cobre con IVA? Hay dejo la pregunta.

Medio ambiente

Vamos a ponernos serios en esto. El calentamiento global es una realidad y parte del problema está en las emisiones de dióxido de carbono que los vehículos emiten a la atmosfera. ¿Yo puedo ayudar reducir ese impacto? Por supuesto, usando el transporte público o mejor todavía: ir en bicicleta o andando. Ya no solamente harás un favor al medio ambiente, sino que también a tu salud.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

© 2024 · Vida Nómada by Sergi Mateo