El Gran Hermano de Google: espionaje con satélites


Google confirmó semanas atrás la compra de Skybox por 500 millones de dólares, un precio realmente barato por el poder que le otorga. Se trata de una empresa de satélites nacida en 2009 con tecnología suficiente como para tomar fotografías en alta resolución de cualquier punto del planeta. Pero no sólo eso, sus satélites capturarán hasta minuto y medio de vídeo con calidad de 30 imágenes por segundo y las venden a sus clientes, claramente con fines de espionaje industrial, militar, gubernamental o de cualquier otro tipo.

Los razones que ha dado Google para esta operación son, por una parte, mejorar su servicio Maps y, por la otra, mejorar el acceso a Internet y la atención a desastres. Si solamente lo utilizan para estos objetivos todos estaríamos tranquilos, pero nadie se lo cree. Antes de esta compra, Google ya era una de las compañías más poderosas del mundo solamente por la información que almacena y procesa de nosotros, si además de ello cuenta con una tecnología que le permite monitorizarnos en tiempo real no me quiero imaginar el monstruo del que estamos hablando.

Muchos medios están bautizando esta operación como el Gran Hermano de Google, en efecto, la empresa tecnológica con sede en Mountain View puede en cualquier momento localizarte y grabarte sin tu permiso. Actualmente Skybox tiene solamente un satélite en el espacio, el SkySat-1, enviado el pasado mes de noviembre usando un cohete de facturación rusa. Pero Google planea enviar muchos más en los próximos años ya que la fabricación de cada unidad solamente cuesta entre dos y cinco millones de dólares. Es nada para Google que pretende llegar a 24 satélites en 2018.

En dos años Google será capaz de tomar imágenes comple­tas de la Tierra dos veces al día, con una resolución brutal que permite ver hasta lo que está llevando una persona en la mano en cualquier parte del globo terráqueo, todo con sólo media do­cena de satélites. Cuando su flo­ta alcance los 24 satélites, Google podrá capturar imá­genes de toda la Tierra con una re­solución suficiente como grabar en video y en tiempo real todo lo que sucede en el mundo.

El fundador de Skybox ha numerado algunas de las posibilidades de sus satélites. No se ha quedado corto. Por ejemplo, dice que pueden vigilar las fábricas de Foxconn, las que utiliza Apple en China, y predecir en qué momento saldrá al mercado el próximo iPhone. Pueden determinar cuán­to petróleo es bombeando de pozos subterráneos en Arabia Saudita to­mando imágenes de los tanques de almacenamiento de crudo y por lo tanto predecir su precio en el mercado (se puede hacer fortuna operando con derivados). También pueden saber si hay armamento nuclear en un determinado lugar antes de atacarlo. En definitiva, una herramienta de espionaje pura y dura que puede ser muy peligrosa si no se utiliza con la ética que requiere.

Los satélites también cuentan con un potente software de análisis y predicción de datos que han desarrollado los mismos ingenieros de la empresa. Entre sus usos más interesantes y a modo de ejemplo cita que pueden determinar si el alumbrado de una carretera es superior al necesario y ahorrar cantidad de energía con ello, realizar estudios más completos y detallados sobre la desforestación o el cambio climático, saber con tiempo de antelación si habrá una tormenta inesperada, terremoto o desastre natural, etc. Las posibilidades de tenerlo todo controlado obviamente son infinitas.

Google quiere tapar el lado oscuro de esta compra diciendo que van usar los satélites para llevar conexión a Internet a lugares remotos y ampliar así su mercado. Tiene mucho sentido y me parece un movimiento muy inteligente, pero las posibilidades de espionaje siguen estando ahí presentes y eso convierte a Google no solamente en la empresa más poderosa del mundo sino también en la más temida, o al menos por todos los que tengan cosas que esconder…

Y así la historia de como una empresa de Internet que ganaba millones con la publicidad pasó a ser una gran institución de espionaje mundial.


Actualización: Google también ha comprado Dropcam, dedicada a vigilar hogares, por 555 millones de dólares. Ya solo falta que también puedan saber lo que hacemos dentro de casa…

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