¿Cuándo fue la última vez que tenías una opinión pero no la compartiste con los demás porque pensaste que a nadie le importaría lo que dijeras? ¿Cuándo fue la última vez que tenías una idea genial en la cabeza pero nunca la pusiste en práctica porque decidiste que no era suficientemente buena? ¿Cuándo fue la última vez que empezaste algo bonito pero abandonaste antes de finalizarlo porque pensaste que a nadie le gustaría?
Los libros de autoayuda dicen que no te tienes que preocupar por lo que piensen los demás, simplemente haz las cosas, sigue adelante, no te rindas al primer obstáculo, no abandones, si te has propuesto algo y crees en ello llega hasta el final.
Pero realmente si te tomas en serio nunca más vas a necesitar leer libros de autoayuda porque siempre estás capaz de convencerte a ti mismo de lo que estás haciendo realmente merece la pena.
Durante mucho tiempo a lo largo de mi vida no me tomé en serio. De hecho, todavía me esfuerzo para confiar más en mis posibilidades y convencerme de que soy capaz de todo lo que me proponga. Tengo que admitirlo, no es nada fácil, todo lo contrario. Pero desde que empecé a viajar por el mundo hace cosa de tres años que mi forma de pensar con respecto a mi persona ha cambiado por completo, me conozco más y mejor que nunca, sé hasta donde puedo llegar y donde están mis límites porque quiero superarlos.
Antes era tímido, reservado y me guardaba las cosas que pensaba para mi. Pero con el tiempo me di cuenta de lo maravilloso que es intercambiar opiniones con otras personas, entender diferentes puntos de vista, recibir feedback de los demás, pedir consejo si lo necesito, dejarme ayudar y compartir mis ideas por muy locas que a priori puedan parecer. No importa. Ahora me tomo en serio y confío en mi mismo.
Ese cambio de actitud ha marcado un antes y un después en mi vida.
Lo malo de no confiar en uno mismo es que a medida que pasan los años y uno mira hacia atrás para hacer balance se da cuenta que ha dejado escapar un montón de oportunidades que hubieran sido geniales si se hubiera atrevido a aprovecharlas, pero que por miedos se quedaron en el camino.
Y la mayoría de veces ese tren nunca pasa de vuelta.
Cuando uno no se toma en serio termina viviendo una vida de la cual no está orgulloso. Sigues esperando hacer algo que te apasione, sigues esperando a hacer cosas que te hagan sentir feliz y exitoso… pero esa espera la terminas llenando de otras cosas que realmente no tienen valor. Quizás trabajas duro y haces un buen trabajo pero te sientes atrapado dentro de ti, dejando que tu vida la dirijan otras personas.
Si no crees en tus ideas también te puedes encontrar que otras personas que han tenido las mismas ideas que tú, han sido más valientes y han creado un proyecto que ahora es una realidad. Esas personas pasaron a la acción, creyeron en sus posibilidades y tuvieron éxito. Mientras que tus ideas se quedaron en nada, no porque no fueran buenas, sino porque no confiaste en ti mismo y las dejaste acumulando polvo en el baúl de los recuerdos.
Luego te puedes sentir deprimido, enfadado, decepcionado por no haber hecho nada en su momento. Puedes sentir que ya es demasiado tarde. Pero no lo es en absoluto. Nunca es demasiado tarde para ser quien quieres ser.
Cuando te tomas en serio te das permiso para descubrir y explorar en tus ideas. Cuando tu corazón te diga que tienes que ir a por todas, vas a darlo todo sin mirar atrás, te darás al menos una oportunidad. Que bien te la mereces.
Comparte tus ideas, no las escondas, no las borres. Sigue progresando.
No pienses que tus ideas no son buenas, no te trates como si no fueras capaz de nada, porque estoy seguro que tú y tus ideas son importantes, tienen valor y tienen el potencial de convertirse en mucho más de lo que piensas.
Eres imparable, pero primero tienes que creértelo.
De verdad, créeme…
Compartiré esto en mi página! Soy muy tímida y no me atrevo a decir o hacer algo por miedo al que dirán… espero cambiar eso.