Montar una empresa puede ser muy bonito, pero conseguir que sea rentable y que tenga éxito no es nada sencillo. Algunos se piensan que la idea lo es todo, pero luego hay que saber desarrollar y ejecutar correctamente el plan de negocio y adaptarse a los cambios del entono competitivo.
Un emprendedor es lo más parecido a un apasionado de la aventura, ambos tienen que enfrentarse a los mismos siete retos para progresar y llegar a lo más alto.
La incertidumbre: Emprender no es una buena elección para quien busque seguridad y comodidad. El profesional que monte un negocio propio debe tener una gran capacidad de adaptación al cambio, así como estar preparado para actuar de forma correcta ante situaciones inesperadas.
El riesgo: Gestionar el riesgo es una de las tareas clave de los empresarios, que sólo podrán tomar las decisiones adecuadas si son optimistas y no se dejan intimidar por problemas aparentemente inasumibles. No hay que confundir riesgo con temeridad, es decir, hay que reconocer los peligros reales.
Éxito y fracaso: Al dedicar su proyecto vital a la empresa, el emprendedor persigue el éxito aunque, inevitablemente, siempre está al borde del fracaso. El verdadero triunfo dependerá del balance que realice entre la estabilidad y la innovación.
La intuición: Aparte del conocimiento lógico, el empresario necesita altas dosis de pensamiento intuitivo, que le permitan identificar oportunidades de negocio. El mundo empresarial requiere conocimientos y conceptos, pero es básicamente un mundo de acción.
La ambición. Es esencial que el emprendedor tenga una ambición sana y equilibrada que le haga perseguir con intensidad la meta que se ha marcado en su proyecto.
La soledad: Una caracteristica del emprendedor que se manifestará en momentos críticos de la evolución de la empresa. Debe tener capacidad para saber llevarla con serenidad y deportividad.
La buena suerte. El empresario no se queda esperando a que el azar le sonría, sino que busca o crea las circunstancias que le puedan propiciar tener suerte. ¿Cómo lo hace? Arriesgando, perseverando y confiando en la consecución de sus objetivos.