Cuando planteo esta posibilidad a mis amigos me miran con cara de: ¿Te has vuelto loco? Y rápidamente argumentan: ¿Cómo voy a dejar mi trabajo con lo difícil que está encontrar uno? Además, tengo que pagar una hipoteca y devolver el préstamo del coche. No puedo dejar de trabajar tan fácilmente de la noche a la mañana, quizás más adelante…
Ese quizás no llegará nunca porque están atrapados y en parte los entiendo. Son personas que siguen los patrones de éxito que marca la sociedad: encontrar un trabajo seguro para toda vida, casarse con tu pareja, comprarse una casa, tener hijos, comprarse un coche grande para toda la familia, organizar vacaciones una vez al año, ahorrar para la jubilación, etc.
En definitiva, hacen ni más ni menos lo que la sociedad dice que toca hacer, y lo hacen sin pensar realmente lo que les apetece hacer. Es por eso que a mi me gusta insistir en la posibilidad de dejar su trabajo, porque creo que nadie se merece estar atrapado en una vida que no le gusta, trabajando para una empresa que odia y haciendo cada día exactamente lo mismo, semana tras semana.
Muchas veces lo mejor para que puedan recuperar su vida es tomar la decisión más difícil que todas que es: dejarlo todo, romper con todas las ataduras y empezar de nuevo. No es sencillo, muy pocos se atreven a llevar a cabo ese plan, pero los valientes no se arrepienten porque se sienten más libres y con sueños por cumplir.
¿Sabes cuál es la palabra opuesta a la felicidad? Es el aburrimiento. En el momento en que tu vida entra en una espiral de aburrimiento y monotonía tus niveles de felicidad caen por los suelos. Para vivir una vida plena y ser verdaderamente feliz hay que probar cosas nuevas a menudo, conocer gente diferente y descubrir nuevos lugares que te inspiren.
Teniendo en cuenta todo lo anterior la receta para la felicidad es sencilla: compra un boleto de avión hacia algún país lejano, haz las maletas y empieza una vida nueva. Como sé que todavía no te he convencido te daré algunas razones más para dejar tu trabajo y viajar por el mundo. Espero que al final de este artículo te haya cambiado de opinión.
1. Te estás muriendo
Me gusta poner un punto dramático a la cuestión pero no deja de ser una realidad como un templo. Vamos a ser honestos: tus días están contados y el reloj no se detiene. Cada segundo que pasa es un segundo que no vas a poder recuperar. De modo que haces algo que realmente te guste, te apasione y te haga feliz o estás desaprovechando tu vida. Así de claro. El momento es ahora, no lo dejes más para mañana. Empieza a tomar decisiones que pongan nuevo rumbo a tu vida.
2. Viajar no tiene precio
Comprar un boleto de avión tiene un precio. Pero las experiencias y la cantidad de cosas que vas a aprender en tu destino en el momento que bajes del avión es algo que no tiene precio. Invierte en experiencias, no en cosas. El dinero viene y va. Las experiencias quedaran en tu recuerdo y en tu corazón para toda la vida. Viajar es la mejor forma de crecer y recolectar experiencias inolvidables.
3. El confort es el enemigo del progreso
Salir de la zona de confort es la única forma de avanzar en nuestro desarrollo personal. No te conformes con lo que tienes, especialmente si no te hace feliz o no está alineado con tus valores. Todos tenemos un sueño (puede ser un objetivo concreto o simplemente una situación personal). Te animo a que salgas a buscarlo, y eso significa luchar para hacerlo realidad. Salir de la zona de confort significa que vas a encontrar obstáculos, que no será un camino fácil, que vas a tener que pelear y esforzarte. Pero te digo una cosa, el día que consigas ese sueño tras haber luchado por él, ese día te sentirás mejor que nunca.
4. Puedes trabajar desde cualquier lugar
Actualmente con los sistemas de comunicación disponibles y una buena conexión a Internet es posible empezar cualquier negocio desde cualquier parte del mundo. Desde hacer trabajo de diseño gráfico en modo freelancer, hacer páginas web, gestionar redes sociales de empresas, desarrollar aplicaciones móviles, escribir libros, ganar dinero con la publicidad de un blog, escribir para otros blogs o revistas… y así podría seguir un listado enorme. Ah! y siempre te quedará la posibilidad de enseñar idiomas. Si sabes inglés o español en cualquier país del mundo podrás dar clases particulares o encontrar trabajo en una escuela de idiomas que siempre prefieren contratar a nativos.
5. No eres imprescindible
El ser humano se sobrevalora a si mismo en entornos laborales, es algo que sucede por naturaleza. Nos consideramos imprescindibles en nuestro puesto de trabajo. Y lo siento amigo, no lo eres. Si tú no estás otra persona ocupara tu lugar y más pronto que tarde alcanzará tu mismo nivel de productividad o habilidades, si no es que lo supera desde el minuto cero. Digo esto porque por curioso que parezca muchas personas no dejan sus respectivos trabajos a pesar de que los odian porque piensan que sin ellos la empresa se hundiría, fracasaría o no sobreviviría. De verdad, el día que le digas a tu jefe que te vas, no te preocupes demasiado, créeme.
6. No te arrepentirás
Conozco a personas que han dejado su trabajo para perseguir su sueño. Creo profundamente que no hay nada más valiente y hermoso que eso. Viajar te abrirá muchas puertas, aprenderás lo que no está escrito y disfrutarás de una mayor libertad para hacer lo que quieras con tu vida, sin ataduras, sin compromisos y con una localización independiente. Hazlo y te lo aseguro, difícilmente te arrepentirás.
Foto: Una calle de Oporto, Portugal. Tomada esta misma mañana tras una buena lluvia.
Si no sales de su zona de confort y enfrentas tus miedos, el número de situaciones que te hacen sentir incómodo seguirá creciendo.