La actual producción de carne está en niveles máximos, tanto que en pocos años no habrá proteínas de cárnicas para satisfacer a la creciente población mundial. La solución pasa por fabricar carne en el laboratorio. Ahora puede sonar raro, de hecho seguro que más de uno ni se atrevería a hincarle el diente, pero ya nos podemos ir acostumbrando. En un par de décadas se comerá carne cultivada de forma artificial y servirá en restaurantes con total normalidad.
¿La carne la quiere muy hecha, hecha, al punto o in vitro?
La carne cultivada es actualmente prohibitivamente cara, la primera hamburguesa in vitro ha costado cinco años y 248.000 euros. Pero la fabricación de la hamburguesa ha llevado solamente tres meses y eso es probablemente menos de lo que tarda en crecer una vaca. Dejando las cifras a un lado, puede ser un gran avance para garantizar el futuro de la alimentación mundial, una respuesta en la dirección correcta para combatir la inevitable escasez de alimentos y donde tanto la carne como los cereales se convertirán probablemente en productos de lujo.
Los científicos afirman que esta tecnología está prácticamente lista para uso comercial, pero hasta la fecha ninguna gran compañía se ha pronunciado para respaldar este tipo de producción. Se espera que los costes se reduzcan considerablemente para que la comercialización sea viable y rentable. Pero faltará por superar una barrera importante, quizás la más importante, la aceptación por parte de la sociedad.
Las ventajas en su producción son notables: un 45% menos de gasto energético, un 96% menos de emisiones de gases de efecto invernadero, un 99% menos de superficie cultivada y, por último pero no menos importante, una mejor vida para los animales, los cuales sufren tratamientos crueles e inhumanos en los actuales procesos de sacrificio.
Los críticos gastronómicos que la probaron en Londres dicen que su sabor es bastante intenso y está realmente cerca de la carne, pero no es tan jugosa. Teniendo en cuenta que es la primera hamburguesa de las muchas que se van a fabricar en un futuro no muy lejando, todo se puede mejorar con un poco de sal y pimienta.