Para dar rienda suelta a nuestra creatividad, necesitamos un “espacio de posibilidades” que haga posible el flujo de ideas. Si no contamos con ese espacio, sobrevienen los denominados bloqueos creativos.
1. Olvidar por un momento los conocimientos previos
Sin conocimientos, no hay pensamiento creativo. Los conocimientos son la cisterna que alimenta nuestras ideas. Sin embargo, tales conocimientos pueden cortar también las alas a nuestra creatividad, sin nos aferramos demasiado a un determinado esquema mental. Por eso, cuando nos bloqueamos, debemos aprender a olvidar por un momento lo que ya sabemos y aventurarnos a descubrir lo desconocido para dibujar nuevos mapas mentales y que surjan así nuevas ideas.
2. Cambiar de perspectiva
Si cambiamos la perspectiva con la que contemplamos lo que tenemos alrededor, surgirán nuevas preguntas y también nuevas respuestas a tales preguntas. No obstante, si utilizamos muchas perspectivas simultáneamente, nuestro pensamiento tenderá a dispersarse. Por ello, en procesos los procesos creativos, es importante buscar un punto medio entre el pensamiento convergente, en el que se centra en un determinado punto, y el pensamiento divergente, aquel que es libre y se enfoca en diferentes direcciones.
3. Mantener un equilibrio entre cuerpo y mente
Para estimular las ideas creativas, es preciso estar bien psíquicamente, pero también bien físicamente. Difícilmente nos visitarán las musas, si estamos estresados, tensos o con el estómago vacío.
4. Desarrollar muchas ideas, aunque después las descartemos
El pensamiento creativo está en permanente movimiento. Una vez abrimos sus compuertas, surgen nuevas ideas que conducen igualmente a otras nuevas. Aun así, muchas de esas ideas resultan siendo inaplicables, lo cual desalienta a muchas personas, que terminan por eso cerrando el “grifo” a sus ideas. Ésta es, sin embargo, una estrategia equivocada, ya que todas las ideas, incluso las más descabelladas, alientan la creatividad.
5. Pensar con imágenes, no con palabras
El pensamiento visual es el motor más importante de la creatividad. Ya lo dijo en su momento Albert Einstein: “Los pensamientos no se formulan con palabras. Yo rara vez pienso con palabras”. Cuando pensamos con imágenes y no con palabras, nuestro “espacio de posibilidades” es también mayor. Escuchar música, pintar o dar un paseo en medio de la naturaleza son varias maneras de estimular el pensamiento visual.
6. Ser constante
Para desarrollar con éxito ideas creativas, es preciso ser constante y perseverante. Winston Churchill escribió en su día: “El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”. Perder el entusiasmo es a menudo la muerte de las buenas ideas.
7. Pedir consejo a otras personas y quedarnos sólo con lo bueno
La producción de ideas creativas es más difícil si estamos encerrados en nosotros mismos y no intercambiamos ideas con otras personas. El intercambio de impresiones con otras personas es a menudo la mecha que prende una buena idea que teníamos agazapada en la mente. No obstante, hay que aprender también a discernir los buenos consejos de los que no lo son tanto.