Cada vez tenemos más claro que la solución de movilidad en las ciudades del futuro son los coches unipersonales, diseñados como una prolongación del cuerpo capaz de rodar por calles y carreteras. No estamos tan lejos de ese futuro, pues la subida de los precios de los carburantes obligará a concebir coches más ligeros y más eficientes. Por otro lado, las infraestructuras se están quedado obsoletas y el espacio disponible para su ampliación ha sido ocupado por la construcción.
Los grandes fabricantes de automóviles ya se están planteando esta situación. En realidad, los grandes asiáticos ya sufren más que nadie la superpoblación de la tierra. Para ellos, los atascos de la hora punta madrileña o los problemas de aparcamiento que puede haber en Barcelona son minucias comparado con el colapso de Tokio o Pekín. En veinte años, el gadget de moda no será un smartphone o un tablet PC de última generación. Serán los EN-V (Electric Networking Vehicle), automóviles de pequeño tamaño, con capacidad para una o dos personas, impulsados por energía eléctrica y con capacidad para comunicarse con los otros vehículos vía conexión inalámbrica. ¿Suena bien, verdad?
La energía eléctrica ya comienza a ser el motor de muchos automóviles, aunque todavía se apueste por los hídricos. Dentro de unos años, los EN-V serán los que transporten a la gente de un lugar a otro, se caracterizan por ser de pequeño tamaño, quizás midan menos de un metro y medio de ancho y uno sesenta de alto, además losa materiales livianos y resistentes como el magnesio o la fibra de carbono garantizan el bajo peso.
Por otro lado, las baterías conseguirán una autonomía suficiente para dos o tres días de uso, cuando llegue ese momento todos los edificios, garajes y estaciones de servicio tendrán enchufes e incluso se empezarán a introducir las estaciones de recarga inalámbricas (actualmente en desarrollo). Además, la velocidad dejará de ser un problema, pues el control del tráfico será controlado por un sistema automático interconectado con todos los vehículos de una misma ciudad o población, que conocerán nuestra posición y destino siendo capaz de gestionar de forma óptima la trayectoria de cada unidad para ir de un punto a otro sin problemas.
Otra ventaja es que los accidentes de tráfico prácticamente desaparecerán, no más muertes en carretera. Los sensores que rodean el habitáculo permiten detectar obstáculos alrededor de todo el perímetro y actuar en consecuencia. Se conducirán de forma autónoma si se desea e incluso aparcarán solos. serán coches inteligentes, prácticos, avanzados y atractivos visualmente. Se podrá dar mucho más juego al diseño y a la personalización de los modelos, al tiempo que habrá una reducción de costes por ser más compactos.
Incluso en el futuro podremos trabajar de camino a la oficina o estar siempre geolocalizados. No es un sueño, será realidad.