Invierte en viajar, que es invertir en vivir

No voy a preguntar cómo estás, porque lo recuerdo. Estás bien, y los años que vienen vas a estar bien. No tengo mucho tiempo (no lo vas a tener, pues) ni mucho espacio. Apenas 2.500 caracteres para decirte algo importante desde el futuro.

Así que elijo esto: ¡Viaja más!

Si te vas a empeñar en algo, empéñate en irte. Cada vez que puedas, y cada vez por más tiempo. Sigue los mismos sueños, haz los mismos planes, emprende los mismos proyectos y repite los mismos errores si quieres. Pero viaja más.

En los próximos años, te van a distraer ideas, sentimientos y personas. Aférrate al plan, que yo sé lo que te digo. Invierte en viajar, que es invertir en vivir. Usa lo que ganes para alejarte de vez en cuando, que no puede haber perspectiva sin distancia. Ve y regresa, y vuélvete a ir. Créeme que nada te va a dar momentos de mayor felicidad.

Viaja joven, las circunstancias no harán más que complicarse luego. Viaja lejos y viaja cerca. Viaja con tu gente más querida, viaja solo; viaja soltero.

Sólo después, viaja en pareja. Nada pone a prueba el amor como viajar juntos, decía Mark Twain, viajero incansable y astuto que encontró el amor viajando.

Camina, camina, camina. Gástate los pies recorriendo calles nuevas. Piérdete sin miedo. Habla con desconocidos, escucha todas las historias, hazte todas las preguntas. Come solo, come en pelota, come sin prisa, come de camino. Come allá lo que nunca vas a comer acá. Lo caro y lo barato, lo verde y lo rojo, lo duro y lo espeso.

Exprime cada día y cada noche. Emborráchate al menos una vez en cada ciudad. Prueba todo lo que no te mate. Haz el ridículo. Enamórate por un par de días. Ama en otro idioma. Habla en lenguas. Toca la gloria.

Viaja con humildad, que es lo que garantiza la capacidad de asombro. Asómbrate de lo épico y de lo simple, de lo extraordinario y de lo mundano. Asómbrate de los olores, de los colores, de la naturaleza y de lo que la gente hace con la naturaleza. Asómbrate del arte, del caos, del futuro y del pasado, de lo exquisito y lo repugnante.

Aprende sin soberbia y déjate arrollar una y otra vez por el asombro, que es lo que hidrata al alma y el cerebro. Que “viajar es fatal para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”, escribió Twain en sus crónicas. “Nadie adquiere una visión amplia, saludable y generosa si se queda en una esquina de la Tierra toda su vida”, remataba.

Vas a ver que el mundo se va a hacer más pequeño. El obstáculo entonces será tu voluntad, o la falta de ella. Me habría gustado entenderlo más temprano. Que no te pase.

Por cierto: en el título digo “carta” por decir cualquier cosa. En el futuro nadie escribe cartas. Ni siquiera cuando está de viaje.

Texto original: La Nación

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